lunes, 28 de septiembre de 2009

Llegir en cas d' incendi




La semana pasada estuve en Barcelona, para presentar PERO SIGO SIENDO EL REY en la Libreria Negra y Criminal, y aproveché la ocasión para visitar a la gente de Llegir en cas d'incendi, un programa de radio de los que no sobran. Manel Haro, Patricia Tena y Xavier Borrell son capaces de hablar de libros durante una hora y que resulte corta.
Si quieres escuchar el programa, visita el blog
http://llegirencasdincendi.blogspot.com/2009/09/descarrega-del-programa-del-17-9-2009.html

Si lo pasas la mitad de bien que lo pasé yo, valdrá la pena.

Al otro lado del espejo, nº 1




Se habla mucho del relato corto y su importancia, pero no se hace lo suficientes pra difundirlo. Salvo excepciones como la revista A OTRO LADO DEL ESPEJO.
Después de un NÚMERO O que sirvió para anunciar que habían llegado para quedarse, el equipo de la revista presenta el NUMERO 1, que puedes descargar visitando el blog:

http://alotroladodelespejorevista.blogspot.com/2009/09/al-otro-lado-del-espejo-n1-presentacion.html

Arranca SELIN


Literatura y edición independiente se dan cita en Blanca con charlas, feria del libro y recitales
(laverdad.es)

http://www.laverdad.es/murcia/20090928/cultura/literatura-edicion-independiente-cita-20090928.html

Desde hoy hasta el próximo domingo y con la presencia de poetas, novelistas, editores, escritores, cronistas oficiales e ilustradores, Blanca celebrará una más que interesante I Semana de la Edición y la Literatura Independiente.
La inauguración oficial, prevista para esta tarde, a las 20 horas, acogerá también la presentación de la Asociación de Escritores de la Región de Murcia, con su presidente al frente, Marcelino Menéndez.
La segunda jornada, mañana, contará con una mesa redonda sobre La dimensión literaria de los cronistas, acto en el que participarán los cronistas oficiales de Abarán, Blanca y Caravaca; además, el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Francisco Giménez, será el encargado de presentar al Gremio de Escritores de la Región de Murcia. La programación de este segundo día concluirá con un recital poético a cargo de Fulgencio Martínez.
El profesor y crítico literario José Belmonte, colaborador de La Verdad, presentará el miércoles 30, a las 19 horas, las novedades literarias de la editorial Tres Fronteras y, acto seguido, la Banda Municipal de Blanca ofrecerá un concierto.
Las casetas de la Feria del Libro abrirán sus puertas al público el jueves 1 de octubre, cuyo actyo inaugural contará con el pregón de Carlos Jiménez y un recital de poesía. El mismo día, esta I Semana de la Edición y la Literatura independiente ofrecerá talleres de ilustración y una mesa redonda sobre La edición independiente, retos y realidades, moderada por la vicerrectora de Relaciones Internacionales, María de los Angeles Esteban.
Las charlas con los lectores comenzarán el viernes 2 de octubre con el escritor bonaerense Carlos Salem, que presentará su hilarante novela policíaca Pero sigo siendo el Rey. Más tarde, críticos literarios, escritores y libreros participarán en una mesa redonda sobre El futuro o futuros de los libros. La jornada la cerrará un recital de poesía y un concierto del MC Nano@DJ Hem.
El próximo fin de semana de octubre llegarán los aperitivos literarios y seguirán las charlas con los lectores. Además, el director del Cendeac, Miguel Ángel Hernández, moderará la mesa redonda Las nuevas tendencias de la narrativa independiente y Juan Casamayor la de Vivir del cuento.
La clausura de los actos será el domingo día 4 y correrá a cargo del escritor murciano de adopción Manuel Moyano

En La Biblioteca Imaginaria


Título: Pero sigo siendo el rey
Autor: Carlos Salem
Editorial: Salto de página
Págs: 352
Precio: 21,95 €

Por Pedro Crenes Castro

Txema Arregui tiene una misión: buscar al “número Uno”. La orden le viene de “Buster”, el Ministro del Interior español. El “número Uno”, que no es ni más ni menos que el Rey Don Juan Carlos ha desaparecido dejando una extraña y elocuente nota: “Me voy a buscar al niño. Volveré cuando lo encuentre. O no. Feliz Navidad”. A partir de aquí, nada es lo que parece y todo apunta a una trama que tendremos que desvelar paso a paso junto a un grupo de personajes extravagantes y muy humanos.

“Pero sigo siendo el rey” (Editorial Salto de página, 2009), la tercera novela del escritor “argenñol” Carlos Salem (Semana negra de Gijón, Buenos Aires, 1958), nos ofrece una historia hilarante, tierna y trepidante donde a cada paso nos sale al encuentro una pista más que tenemos que seguir hasta llegar al desenlace de esta historia que os reconciliará con la novela negra si es que algún día tuvisteis alguna decepción con ella.


(Texto completo en:)

http://www.labibliotecaimaginaria.es/page10.php?post=374

ENTREVISTA

¿Cómo nace “Pero sigo siendo el rey”?
Desde hace años quería escribir una novela que hablara de España, de la España que conozco y de la que formo parte, después de veinte años aquí. También llevaba tiempo con ganas de escribir el primer “caso” para mi propio detective, Txema Arregui, que camina desde hace mucho tiempo, esperando su momento. Un día esas dos necesidades se encontraron y surgió la novela…

Las situaciones de la novela me recuerdan mucho a la película “Amanece que no es poco”. Es totalmente surrealista todo lo que ocurre en la novela ¿a qué se debe este punto de vista para contar tu historia?
Me lo han dicho ya en varias ocasiones y suelo responder lo mismo: si la novela recuerda a “Amanece que no es poco” y yo quería contar mi España, será tal vez porque esa película define más de esa España que cinco tomos de sociología y cuatro de historia. En realidad, no creo que todo lo que ocurre en la novela sea surrealista. Hay una parte, la segunda del libro, que usa ese lenguaje para hablar de cosas de de otro modo sonarían a moraleja y coñazo: la España frenada a doscientos metros de muchas autovías, la guerra civil que sigue sin acabar para mucha gente, o la gloriosa sensación de país a medio hacer que te asalta en cualquier esquina. Todo esto visto desde dentro, con cariño. En mi primera novela, “Camino de ida”, uno de los personajes que también aparecen aquí, Soldati, señalaba que en España se sentía como en la Argentina, “porque acá también lo atan todo con alambre”. El surrealismo de la primera y la tercera parte del libro es de otro origen, es el que te encuentras cada mañana o cada noche si paseas por mi barrio, Lavapiés…

¿Cómo se te ocurrió meter en este fregado al Rey? Hay dos motivos básicos. Uno es que desde que vine a vivir aquí y, como periodista estudié la biografía de los personajes relevantes en la política y la cultura española, me llamó la atención del rey ese momento, cuando con diez años de edad, su familia decide confiar a Franco su educación, es decir su futuro. Me imaginaba a un niño de diez años, en 1948, que jugaba en la playa de Estoril y de pronto es nombrado príncipe de nada… También está el hecho de que el Rey formaba parte de la historia vital de Arregui, que ya dejé ver en “Matar y guardar la ropa”. Cinco años antes de la acción de “Pero sigo…”, un Arregui que aún era policía salva al Rey casi por casualidad de un secuestro, y eso le cambia la vida, porque el mismo día dos yonquis anacrónicos matan a la mujer que amaba para robarle el bolso. Así que cuando ideaba el primer libro de Arregui me dije, ¿por qué no hacer que vuelva a encontrarse con el Rey? Y el contraste entre el anciano con entusiasmo de niño y el hombre aún joven pero que ya comienza temer a la vejez, me pareció fascinante…


Novela negra-surrealista ¿te parece bien es denominación?

La verdad, no. Pero cuando uno escribe una novela no es dueño de la percepción que tengan los lectores. Y los críticos y los que escriben reseñas, al menos los que a mí me gustan, son ante todo lectores. Así que admito cualquier denominación que se quiera utilizar. Sólo me molesta un poco cuando califican mis escritos como de “parodia” porque no es lo que hago. De hecho, tengo escritas algunas parodias y en ellas no cabe la ternura ni la melancolía. En mis novelas publicadas, creo que sí. Otra cosa es que use el humor del absurdo cotidiano para contar, sin letreros indicadores, otras cosas. Por ejemplo, en esta novela hablo mucho del miedo a envejecer, del temor a que el tiempo nos frene, pero lo hago con algo de humor, para no resultar pedante. Suelo decir, y no para provocar, que el humor tiene muchos efectos secundarios positivos, pero el principal es que combate la solemnidad en la literatura. Y, desde mi punto de vista, la solemnidad mata al arte, o evita que se le ponga dura…

¿Cómo llegaste a la novela negra como escritor?
La novela negra es el género más generoso que existe, porque no te pide nada y te da todas las posibilidades. Por lo general, sucede dentro de una situación límite, y ese es un escenario ideal para llevar al extremo a los personajes. En una crisis uno es quien suele ser, pero también todos los otros que ha sido o podría ser. Además, y en contra de opiniones más importantes que la mía, sostengo que la novela negra es, sobre todo, una novela de personajes. Es inevitable que reflejes. En mayor o menor medida, la sociedad en la que ocurre, pero para mí, lo que importa en una novela negra es el personaje y lo que le ocurre, que siempre está condicionado por su tiempo o por su historia. Hace poco releía “Ocho millones de maneras de morir”, de Block, y volvió a maravillarme, pero no tanto por lo que cuenta de la prostitución o de una ciudad como Nuevas York, en la que la vida no vale nada, como por la lucha de Matthew Scudder con la culpa y el alcohol, esa pelea desigual por mantener un código de decencia que sólo le vale a él, porque es el suyo…


No parodias pero retratas. En el fondo las rivalidades políticas, las sinfonías perdidas o el olvido del pasado ¿es todo parte del lado surrealista de la vida?
Sin ninguna duda, basta leer los diarios o asomarse a la ventana. En los veinte años que llevo aquí, España ha cambiado tanto que por momentos vuelve a parecer la misma de cuando llegué a Barajas por primera vez y tiré de la cadena del váter en el baño del aeropuerto, para ver si lo de Corilis era verdad.


Cameo prodigioso de Paco Ignacio Taibo II ¿Por qué?
Porque soy un forofo violento de su detective Belascoarán, que para mí es uno de los más logrados que he leído, a la altura de Marlowe o el injustamente olvidado Lew Archer de Ross Mac Donald. Y porque me gustaría llegar a ser como Paco: un tipo con docenas de libros, que sigue entusiasmándose con el nuevo que escribe como si fuera el primero. Además, lo de la capacidad para adivinar la procedencia de las cocacolas es cierto. Aunque yo lo exageré un poco en la novela, pero no demasiado…

Txema Arregui es el típico detective arrogante y gris ¿es necesaria tanta tristeza par ser un buen detective de novela negra?
Admito que, además de “Taibiano”, soy profundamente Chandleriano. Y Arregui es un sobrino vasco de Marlowe. Creo que su arrogancia es aparente, en realidad Arregui es un tipo brillante a su manera, pero que se siente gris por dentro. Un hombre frenado, como asume en un momento de la novela, que teme no poder seguir siendo el que eligió ser. El título, “Pero sigo siendo el rey”, va más por Arregui que por Juan Carlos. Soy un ferviente defensor del detective privado como figura literaria, porque encarna al vecino de al lado que hace lo que yo no me atrevo a hacer. Y no tiene el amparo de un cargo oficial ni el respaldo del Estado. Sólo sabe está seguro de cuatro cosas pero es capaz de llegar hasta el final para defenderlas…

Los disfraces son una metáfora de la propia pérdida de la identidad y su búsqueda en Txema. (el Rey por su lado disfruta por un lado siendo totalmente otro, perdiendo momentáneamente su identidad). ¿Qué opinas?
Creo que sí, pero en Txema los disfraces son también una vía de escape para ser otro por un rato, una diversión de niño que no le pega nada al Arregui que rompe narices o se enfrenta a poderes mayores. Eso, como su falta de decisión para enfrentar el amor, son indicios de que este hombre fuerte y decidido es también un crío con miedo a despertar una mañana y descubrir que se ha vuelto viejo…

No puedo dejar de comentarte que “Buster”, el Ministro de Interior de tu novela le pega a la perfección al Ministro Rubalcaba. ¿Qué opinas?
Podría ser. Es curioso ver a gente de origen progresista al frente de un ministerio como el de Interior. “Buster” representa para mí al político que intenta no cambiar en lo esencial los ideales que lo llevaron hasta donde está, pero se vigila todo el tiempo en los espejos para ver si no ha cambiado sin darse cuenta…

¿Tienes algún personaje más que vaya a crecer como lo hizo Txema Arregui?
Sí. Hay toda una serie de novelas en torno al Poe, un ex escritor borrachín y cínico al que se le pegan todos los locos que andan sueltos por Madrid, que acabará por cruzarse con Arregui y hasta puede que acabe trabajando junto a él en algún caso. Por lo pronto, aparecerá en breve como protagonista de la mayoría de los cuentos de mi próximo libro “Yo lloré con Terminator 2 (Relatos de cerveza-ficción)”


¿Qué lees en estos días?

Suelo leer varios libros al mismo tiempo. Ahora estoy acabando con la excelente “Sé que mi padre decía”, de Willy Uribe, y con “1969”, de Jerónimo Tristante, que también me ha fascinado. Y esta mañana terminé con “Oro ciego”, de Alejandro Hernández, que ya se ha ganado en lugar en la estantería de los libros que releo cada dos años, porque es una maravilla.

¿La cuarta para cuando? ¿Volverá Txema?
La cuarta sale en enero, aunque no será negra, bueno, no del todo. Se titula “Cracovia sin ti” y es la novela con la que gané el Premio Internacional Ciudad de Seseña. Una historia de amor urbano nada ñoña, en la que Arregui hace un cameo importante. Me gusta mucho y espero que a los lectores les guste tanto como al jurado del premio. Es una historia contada a lo Jorge Amado pero transcurre en el Madrid que conozco y amo. Y Txema volverá pronto con novela propia, aunque no sé si será lo siguiente que publique. Trabajo ahora en tres novelas diferentes, una de ellas de Arregui, porque mi método de escritura es pésimo para la salud pero me divierte mucho: avanzo sin prisa con varias ideas que me gustan, dejándolas madurar, hasta que una mañana me levanto y digo: esta. Y me pongo a escribir y la termino.

Dos novelas negras para recomendar.
Iba a decir lo que digo siempre: “El Largo Adiós· de Chandler y “Triste, solitario y final” de Osvaldo Soriano, pero hay excelentes novelas negras y casi recién salidas que me gustaría recomendar: “Así murió el poeta Guadalupe”, de Cristina Fallarás, y “La mala espera”, de Marcelo Luján, que ganó el Premio Getafe de Novela Negra y es una incorporación brillante al panorama negro en español.

"Matar y guardar la ropa", en Best Seller Español


(Foto: José Naveiras)

Título: Matar y guardar la ropa
Autor: Carlos Salem
Editorial: Salto de Página
Año de edición: 2008
PVP Euros: 18,5

Por David Yagüe, periodista.

Crítica:

A Carlos Salem hay poco o nada que reprocharle en su corta trayectoria como novelista: si con Camino de Ida, su primera obra, nos ofreció una delirante y refrescante aventura por el desierto marroquí con final en Madrid, en Matar y guardar la ropa se supera a sí mismo y deslumbra con un thriller divertidísimo, bien construido y maravillosamente bien escrito.

(La crítica completa en: )

http://bestseller.blogcindario.com/2009/09/00401-matar-y-guardar-la-ropa-de-carlos-salem.html

viernes, 25 de septiembre de 2009

VUELVEN LOS SABADOS NEGROS EN TRAFICANTES DE SUEÑOS

La próxima jornada será el sábado 26 de septiembre de 2009.
Como siempre de 18:30 a 20:30 horas.

Mússica, imágenes,recomendaciones y encuentros con autores y con un público que ya quisierna los programas de la tele y no consiguen ni pagando.Estuve este años como invitado y el sábado iré como espectador, porque es más que una cita para hablar del género negro y el que piense que está limitado a expertos y forofos, se equivoca.


El contenido de este primer sábado negro será:

Para empezar, un poco de buena música, en esta ocasión, el magnífico Louis Prima

Marisa Zarazúa, quien presentará la recomendación , no es capaz de seleccionar una única novela de uno de sus autores preferidos: Georges Simenon.
Así que hablara sobre varios títulos: Maigret en Vichy, Maigret y el hombre solitario, Maigret y Monsieur Charles, El amigo de la infancia de Maigret y Maigret duda.


Seguiremos con los comentarios siempre oportunos y sorprendentes de David G. Panadero: escritor, periodista, cinéfilo, editor de la revisa Prótesis y de el blog: http://revistaprotesis.blogspot.com/, que comentará una de sus películas favoritas: La ley de la calle (Rumble Fish, 1983) dirigida por Francis Ford Coppola.

Y luego, el escritor invitado: Goran Tocilovac





Goran Tocilovac, nació en Belgrado, de nacionalidad serbia, vive en la actualidad en París.
Residió durante años en Lima, Perú.
En su obra literaria utiliza el castellano.
Es un innovador en la novela negra, género que en ocasiones manifiesta que no existe.
Le pediremos que nos explique su teoría sobre la novela negra.



También aprovecharemos para comentar con Goran Tocilovac las tres novelas que
componen su Trilogía parisina (Una noche no, Puede ser el tiempo y De la desolación),
editada en mayo de 2007 por 451 Editores.



Sábados Negros en Traficantes de Sueños
www.sabadosnegros.org
info@sabadosnegros.org
http://www.traficantes.net

Traficantes de Sueños
Embajadores 35, Local 6
28012 Madrid

El domingo, POESIA




Sí, POESÍA. ¿Por qué deprimiste a solas en casa por la semana que se a perdido o la que sstá a punto de empezar y no pinta mejor, cuando puedes hacerlo en compañía y con poemas de primera?
EL TREN VERTICAL lleva circulando ya varios años, de domingo en domingo, y siempre recala en MALATESTA (Olmo, 3 Metro Antón Martín), para que nos asomemos a paisajes singulares.
Este domingo nos ticarán los billetes SONIA FIDES y GSUS BONILLA, y si te pierdes este viaje por quedarte en el sofá viendo la tele,ES QUE ERES TONTO/A.

Naveiras ataca de nuevo (y acierta otra vez)






José Naveiras se zambulle en el turbulento mar de los relatos y no se comforma con flotar: bucea en lo pequeño, que es donde viven nuestros miedos más grandes. No pesca con red ni dinamita de adjetivos sus historias; la basta el anzuelo de unas palabras medidas que acabamos por morder sin darnos cuenta.

viernes, 18 de septiembre de 2009

En el blog ALMANAQUE DE OTOÑO

(Cuando arrastras algún bajón personal y pasajero, no hay antídoto mejor que una reseña como la de Fran G. Matute en el blog ALMANAQUE DE OTOÑO...)


El Misterio De Salem's Lot
Los que hayáis estado atentos al diseño de mi blog habréis podido percataros de que en la columna de la izquierda, bajo la rúbrica “Hay que estar en algo”, apareció durante unas breves horas la referencia al libro “Matar y guardar la ropa” (2008) de Carlos Salem. El motivo por el que he quitado la foto y el título se debe a que ya he leído el libro en cuestión. Y verdaderamente me ha llevado unas pocas horas. Hacía muchísimo tiempo que yo no me bebía tantas páginas seguidas. Como un drogadicto con el mono, durante ayer y hoy he estado chutándome con Carlos. Y no me he quedado saciado.

(Texto íntegro en:)
http://mypoorrheumaticback.blogspot.com/2009/09/el-misterio-de-salems-lot.html

martes, 15 de septiembre de 2009

Este sábado, en Barcelona y en buena compañía









SÁBADO 19 de septiembre 2009
a las 13 horas
inauguración de la temporada de presentaciones cruzadas
con dos diestros(autores)
Ricardo Bosque
y
Carlos Salem
Librerìa Negra y Criminal
sal 5, Barceloneta, Barcelona
tel. 93 295 59 22

sábado, 12 de septiembre de 2009

"Yo también puedo escribir una jodida historia de amor", Finalista del Premio Setenil











Sorpresas te da la vida. Ayer me despertaban con un sms inesperado, de esos que te diluyen la resaca. Resulta que "Yo también puedo escribir una jodida historia de amor", el libro de relatos que publiqué con Ediciones Escalera, es finalista del Premio Setenil al Mejor Libro de Relatos Pubicado en España, que no es poco.
Hace ya unas cuantas semanas, cuando tuve acceso al listado de libros que competían por el premio, me dije, "fui bonito mientras uró", pero ahora, aunque sea muy difícil con tantos buenos cuentistas en la lista de aspirantes...
Y me alegró casi tanto como estar en esa nómima de diez aspirantes el encontrar en ella a dos amigos con exceletes libros.
Me refiero a Jon Bilbao y su "Como una historia de terror", y Fernando Clemot con sus "Estancos del Chiado". Mentiría si dijera que no me gustaría ganar el premio,pero tambiénes cierto que mi 10% de probabilidades se convierte en un 30% si pienso que también puede ganarlo uno de ellos.
Este el texto enviado por la organización a las editoriales con libro finalista:

Estimados Sres.:
Una vez reunida la Comisión de Preselección del VI Premio Setenil 2009 al Mejor Libro de Relatos Publicado en España, les comunicamos la lista de los 10 títulos finalistas de entre los 74 presentados.

“Oficios”Juan Carlos Márquez, Castalia
“Tanta gente sola”Juan BonillaSeix-Barral
“El espacio alrededor”Arturo Enríquez,dela luna libros
“Los objetos nos llaman”Juan José MillásSeix-Barral
“Cuaderno escolar”Juan Ramón Santos Ed Reg Extremadura
“Con tal de no morir”Vicente Molina Foix, Anagrama
“Como una historia de terror”Jon Bilbao, Salto de Página
“Estancos del Chiado”Fernando Clemot, Paralelo Sur
“Yo también puedo escribir una jodida historia de amor”Carlos Salem Ediciones Escalera
“El centro de la Tierra”Andrés Pérez DomínguezParéntesis Editorial

El jurado, presidido por D. Javier Tomeo, se reunirá a finales de octubre o primeros de noviembre, haciéndose entonces público el fallo definitivo con el ganador de esta edición.
Gracias a todos los participantes por su colaboración. Desde aquí les animamos a seguir participando en próximas ediciones del premio.
Un cordial saludo,
Manuel Moyano – Concejalía de Cultura – Ayuntamiento de Molina de Segura

viernes, 11 de septiembre de 2009

GRACIAS, una vez más




El asunto no acaba cuando escribes una novela. Tampoco cuando te la publican. En realidad, acaba de empezar.Hay autores para los que las presentaciones son un fastidio, como si no alcanzara el libro para defenderse por si mismo.
Y no es eso. Las presentaciones son la ocasión para tomar contacto con la gente que lee lo que vas haciendo, para medir hasta qué punto lo que quisiste decir fue dicho en realidad, y para dar la cara, coño, aunque como en mi caso no sea una cara bonita.
Ayer, en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés se presentó PERO SIGO SIENDO EL REY,que ya va por la segunda edición pese al parón veraniego y la crisis omnipresente. Y además de contar con un nutrido grupo de asistentes, tuve al lujo doble de ser presentado por RAMÓN PERNAS,que lleva todo el cotarro con el humor pausado del que ya está de vuelta de muchas cosas pero sabe que todo el camino es de ida, y DAVID TORRES, que será Premio Hammet 2009 (envidia me das), finalista del Nadal y toda un vitrina llenita de premios, pero además y sobre todo es un autor al que admiro y un amigo de los que deberían ser declarados especie en extinción. No olvidar la presencia, cámara en mano, de JOSÉ NAVEIRAS, que cada días hace mejores fotos y tuvoun rato para ir y documentar el asunto, a pesar de que está ultimando la salida de su libro de cuentos EL INCENDIO y otros relatos, que recomiendo sin dudar.
Comienza el nuevo curso y comienza bien.
Pernas me dio la bienvenida a un foro cultural que no cesa de promover lo que se hace y no lo que parece obligado consumir, y Torres, al que por suerte le gusta la novela, habló como un lector, erudito pero lector, que es lo que uno busca al fin y al cabo.
Arregui y Juanito siguen perdidos para encontarse en una España que no tuve que inventarla porque está a doscientos metros de cuaquier autovía, y la mayor satisfacción es comprobar que los lectores entieden la novela como uno la escribió, es decir que hacer del rey un personaje de ficción no tenía nada que ver con la provocación o el marketing, sino con otra de esas historias que se me ocurren y nunca sé bien por qué.
A los que fueron -y fueron muchos- y a los que querían ir y no pudieron, GRACIAS, una vez más.

(Todas las fotos son de Naveiras. En la del centro, el tatuaje que me ha mantenido alejado de las piscinas en los estertores del verano (a quién se le ocurre tatuarse en agosto...). Aller simple es el título de Camino de ida en francés, pero también el credo de un incrédulo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

"Un cadáver asqueroso", novela por entregas




La Semana Negra de Gijón tiene estas cosas: que vuelves contagiado de ganas de ahcer y lleno de proyectos. Uno de ellos fue la realización de una novela negra colectiva con los otros miembros del blog DIEZ NEGRITOS, que acerca en la distancia a varios autores del género. Diez que ya somos trece : además de los de la imagen de arriba, se han sumado Cristina Fallarás, Jua Ramón Biedma y Jorge Moch). Trece negritos, entonces, para hacer a 26 manos una novela loca pero con mucho sentido o al menos eso creo. Una especie de cadáver exquisito que, en coherencia con el género y con las ganas de tocar las narices, se titulará:
UN CADAVER ASQUEROSO

Me tocó ser el responsable de arrancar la historiay no es poco. Veremos cómo sigue y podrán hacer lo mismo en
http://www.librairielecailler.com/blog/general/
Me cuentan que se hara un enlace directo a una opágina web espefícifa para estee frankenstéin de letras y muertitos, al que se podrá también acceder desde la dirección indicada arriba.
El segundo capítulo le correspone al mexicano EDUARDO MONTEVERDE, y el que lo haya leído ya sabe que eso significa calidad y extravagancia con sentido.El que no, ¿qué coño hace que no está asomado ya al universo de Monteverde?
Entre tanto, ahí va el primer capítulo. La culpa es mía.

Un cadáver asqueroso

1

Es mis casi veinticinco años como forense de Ninguna, había visto toda clase de muertos: desmembrados con vocación de puzle, intactos en apariencia y vacíos por dentro, quemados como una brasa, corruptos políticos de cuerpo incorrupto, vírgenes preñadas, putas intactas, muertos pasionales y muertos pasivos, desorejados, desbocados, descojonados y deslucidos; muertos pelados como naranjas o peludos como osos, muertos de amor, de soledad, de asco; cuerpos que parecían a punto de echarse a hablar de tan conservados o podridos hasta perder la memoria de sus formas: muertos momificados, mamificados, mamíferos con pinta de reptil disecado, de buitre kármico que se dispone a ser carroña, de liebre atropellada por el camión de la vida en una carretera secundaria; muertos elegantes incluso en la desnudez del último baile con mi sierra, muertos sin gracia ni siquiera para la muerte; suicidas arrepentidos, asesinos irredentos, víctimas vocacionales o por casualidad; niños, viejos y jovencitas, todos muertos y de alguna manera eternos, de alguna manera bellos y horribles al mismo tiempo.

Pero nunca, nunca, nunca había visto un cadáver tan asqueroso como el que esperaba sobre mi mesa de la morgue. Mi mesa de acero inoxidable, según el inventario, que suelo llamar de acero inolvidable, porque si eso es acero, yo soy una estrella del rock.

Y no lo soy.

­-Don Caronte -dijo Betito con el respeto de siempre-, mejor se descansa un poco o sale a cenar algo, que lleva aquí quince horas y se me va a enfermar.

Tenía razón, pero no podía dejar de mirar el cadáver asqueroso que tenía delante, ni de preguntarme por qué me parecía tan asqueroso.



A su lado, en la otra mesa de acero inolvidable, descansaba mi última obra. Un cadáver como deben ser los cadáveres. Nicolás Noletti. NN, hasta que por fin descubrimos su nombre y su escasa suerte de vagabundo sin techo por las calles de Ninguna. Murió del corazón, porque el corazón te mata cuando se cansa de esperar. La autopsia no dejaba dudas y me llevó menos de una hora. El trabajo duro vino después, fuera de mi turno oficial en la morgue, el trabajo que nadie me paga pero nadie se atreve a criticarme. Porque todos saben que tarde o temprano pasarán sobre mi mesa de acero inolvidable y desean que los mejore como mejoré a NN. Tal vez por eso no me reemplazan, me dejan vivir en el cuarto vacío del sótano y nadie dice nada de mis borracheras cotidianas, aunque murmuren que me acuesto con las muertas más curvosas después de adecentarlas.

No podría.

Lo he intentado pero no puedo.

Lo único que puedo hacer con los muertos es cumplir los trámites forenses sin demasiado celo, para dedicarme luego a lo importante: cambiarles la muerte, ya que no se les puede cambiar la vida. Betito me dijo una vez, hace años, que yo era un hombre bueno porque intentaba borrar de los cadáveres la huella de la muerte.

Betito no entiende nada.

Lo que intento es borrarles las huellas que la vida les dejó.

-¿Nos quedan trajes, Betito - pregunté a mi ayudante, que ayuda más bien poco.

-Algunos, don Caro. ¿Algún color en especial?

­-Negro con rayas muy delgadas, creo que nos quedan. Es lo apropiado para un importante hombre de negocios.


Betito sacudió la cabeza y fue en busca del traje. Me dejo buena parte del sueldo comprando ropa decente y complementos para mis muertitos. Pero tampoco tengo nada más interesante en lo que gastar mi dinero.

Mientras Betito volvía, estudié nuevamente al cadáver asqueroso en la otra mesa.

¿Por qué me resultaba tan asqueroso?

La cara estaba golpeada pero no tanto como para desfigurarlo; las tres puñaladas en su costado eran tajos limpios y sutiles, casi invisibles. Y el disparo en el corazón tampoco había provocado el revuelo de sangre habitual. Era un cadáver limpio, de hombre, de unos treinta y cinco años de edad, con un cuerpo proporcionado y facciones regulares.

¿Por qué me parecía tan asqueroso?

Era por algo que me rascaba la cabeza por dentro con leves patas de araña, pero hasta que no tomara unos tragos y comiera algo no podría saberlo.

Betito volvió con el traje, la camisa y todo lo demás. Vestimos a NN y entre la indumentaria y mis empeños de maquillador de las putadas de la vida, empezó a parecer lo que verían sus parientes cuando llegaran a buscarlo un rato más tarde: un próspero empresario al que la muerte sorprendió a punto de cerrar otro trato millonario, y que dejaba a sus remotos familiares una cuantiosa fortuna a determinar.

-Jua, jua -rió Betito-. La cara que se les quedará a esos sobrinos zopilotes cuando después de pagar el entierro de lujo y las misas, se enteren de que no tenía ni mierda en el culo.

-Sí tenía. Recuerda que tú se la extrajiste, Betito.

-Es una forma de hablar, don Caro. Pero bien que se hicieron los locos cuando les avisamos de la muerte del finado, porque las últimas noticias que tenían de él era que andaba tirado por las calles. Si no llega a ser por su llamada cambiando la voz y haciéndose pasar por un importante abogado en busca de los herederos, esos no se gastan ni el billete de autobús a Ninguna… Llegarán dentro de un rato. ¿No quiere quedarse a disfrutar del espectáculo?

-Esta vez no, Betito. Tienes razón: necesito comer algo antes de empezar con éste -señalé con la cabeza al asqueroso-. ¿Qué nombre pone en la ficha?

-Ninguno, don Caro. Aquí dice “sin identificar”.

-Eso lo veremos. Salgo un rato.

-Échese una a mi salud- pidió Betito.

-Dalo por hecho.

Ahora pienso que no tenía ni tanta hambre ni tanta sed, que sólo buscaba una excusa para alejarme del cadáver asqueroso. Alejarme lo suficiente como para no sentir esa aversión sin motivos hacia un muerto más sobre mi mesa de acero inolvidable.

Ahora pienso muchas cosas.

Pero ninguna me salvará la vida.



Salí a la avenida y, como siempre, me detuve para contemplar la Giralda. Seguí por las Ramblas y perdí un rato en la Plaza de Mayo, donde las Madres ya no estaban pero permanecía la paciencia irreductible de sus pasos, recordando que siempre era jueves, que siempre sería jueves. Aceleré el paso y cuando llegué a Garibaldi no dudé en meterme en el Tenampa, aunque estuviera lleno de turistas. Bebí y comí sin mirar lo que consumía, porque la imagen del cadáver asqueroso me rondaba por dentro. Desde una mesa me invitaron a una copa y no pude negarme. Caerían varias más. Por suerte, me invitan pero no me imponen su compañía. Sólo quieren agradarme para asegurarse de que cuando mueran los trataré bien y mejoraré su aspecto.

-A su salud, don Caronte- dijo uno de los camareros tras negarse a cobrarme lo consumido-. Hay qué ver nomás lo fea que era mi Eulogia, que teníamos que hacer las cosas de la cama con la luz apagada y los ojos cerrados. Pero cuando murió, usted la dejó que parecía estrella de cine. ¿Le cuento un secreto? A veces, cuando hago la cosa con mi novia nueva, cierro los ojos y me imagino que estoy con la Eulogia, pero no la viva, sino la muerta…

Me llamo Caronte García y eso, si naces en una ciudad como la mía, que tiene un poco de todas pero se llama Ninguna, te marca el destino. A saber en qué coño pensaba mi papá cuando me puso ese nombre. En qué coño. Porque siempre andaba pensando en alguno que no fuera el de mi mamá. El viejo se las daba de médico frustrado pero no pasó de curandero especializado en la imposición de manos sólo si se trataba de muchachitas febriles o mujeres rotundas con el diablo entre las piernas. Porque mi papá siempre buscaba al diablo entre las piernas de alguna. Y supongo que lo encontró, cuando yo sumaba diez años de edad, porque amaneció muertito y con el miedo pintado en la cara, tirado en un callejón de Ninguna, entre la Basílica de San Pedro y la Puerta del Sol. Me lo mostraron con temor a que la vista me impresionara y me dije que con esa cara de susto ni con todas las monedas que llevaba enculando en mi cerdito de barro desde que cumplí los cinco, iba a poder pagarle a mi papá un viaje decente al otro lado. No con esa cara.

Por eso me hice forense. Por eso me dejo media vida decorando a los muertos después de abrirlos en canal, aunque nadie me lo pida.

Por eso y por llamarme Caronte, que ya es mucho.


Cuando volví a la morgue estaba un poco mareado por tanta invitación, pero decidido a mejorar al asqueroso. Betito ya se había ido y los amantes sobrinos de NN lo estaría velando en algún sitio caro, acorde con la herencia que esperaban cobrar.

Supe que algo raro ocurría, aunque todo parecía normal. Todo en su sitio.

En realidad, todo se movía un poco, pero en mi cabeza. Tal vez fuera mejor dormir unas horas antes de ponerme a trabajar. Pero algo andaba mal y tenía que saber qué era.

Abrí el cajón refrigerado y lo supe.

El cuerpo tenía la misma edad, la misma complexión y hasta donde pude recordar, las mismas heridas.

Pero no era mi cadáver asqueroso. No señor. Aunque estuviera a punto de vomitar el desayuno del día anterior, no tenía dudas. Me habían cambiado el cadáver.

El nuevo se le parecía pero no era nada asqueroso.

Alguien se había tomado un gran trabajo para hacerlo, pensado tal vez que el borrachín de Caronte García, el forense estrafalario que pasaba más tiempo decorando muertos que durmiendo, no notaría la diferencia. Y si la notaba, ¿quién iba a creer en la palabra de un alcohólico medio loco que vivía en la morgue?

Yo.

Yo creía.

Y no iba a parar hasta saber quién era y porqué me había robado mi cadáver asqueroso.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Vamos Octavio todavía!




Decíamos Ayer

Juan PALOMO

Decíamos ayer que la temporada cultural de otoño venía calentita, pero la realidad mejora lo esperado, entre presuntas subastas de grupos editoriales al mejor postor, un suculento premio que podría ganar una periodista de fuste, nuevas editoriales y algún desembarco tan sonado como el de Enrique Vila-Matas en Seix Barral .
Tanto quejarnos del chauvinismo francés, y miren por donde la prestigiosa Le Magazine Littéraire lance un monográfico sobre novela negra, y en su selección de los 50 imprescindibles incluye, junto a Chandler o Hammet, nada menos que a cuatro españoles de hoy: Alicia Giménez Bartlett, Francisco González Ledesma, Eduardo Mendoza y al argespañol Carlos Salem, que además podría conquistar con Aller Simple, la versión francesa de Camino de ida, algunos de los premios Prix 813 de novela policial, uno de los más prestigiosos.
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